Grisú C.F. 4 – Regional 1
Partido con luces y sombras para el conjunto verdiblanco en el Nuevo Campo de Cerdeño, cosechando una derrota muy dolorosa que implica acabar el año 2017 con algunas dudas que requieren calma y esfuerzo para resolverse.
No obstante, no todo fueron malas noticias en el encuentro disputado este pasado sábado, que recordemos que se había aplazado semanas atrás por las fuertes lluvias que habían dejado el terreno de juego totalmente impracticable. Durante la primera media hora el Guru desplegó un juego muy serio, dominando el partido con bastante comodidad, y cuajando probablemente la mejor media hora de la temporada en lo que encuentros a domicilio se refiere, exceptuando el estelar choque ante el Celtic de Puerto, máxime teniendo en cuenta la superficie de arena donde se disputaba, que tan poco favorece el estilo de juego visitante. La contundencia y el compromiso de todos en labores defensivas secó completamente las ofensivas del Grisú, y los dos puntas tuvieron varias contras donde bien pudieron inaugurar el marcador, y sólo la señalización de algunos fueras de juego, dudosos en algún caso, abortaron claras ocasiones para los visitantes, incluyendo un gol anulado que había sido perfectamente ejecutado por Jonás. No pintaban mal las cosas para el Guru, demostrando el claro crecimiento del equipo y el paso adelante en madurez de muchos jugadores que aún tienen un amplio margen de mejora. El joven Christopher encaró una y otra vez a sus rivales, sin achicarse ante los golpes recibidos, y sacando algunas faltas y tarjetas que podrían haber cambiado el signo del encuentro. Sin embargo, en los últimos minutos de la primera mitad, el Grisú comenzó a desmelenarse, embotellando al cuadro verdiblanco, y cuando ya se pedía la llegada del intermedio para pulir algunos desbarajustes, llegó una jugada que a la postre sería decisiva en el marcador. El local Kily forzó una falta peligrosa a unos metros de la frontal, que ejecutó con maestría colocándola en la misma escuadra izquierda de la portería visitante, con potencia y precisión. El guardameta del Guru, el felino Edu, voló literalmente sacando una mano prodigiosa, con tan mala suerte que el esférico impactó en el travesaño y se coló en el marco. Tanto psicológico que no reflejaba lo visto en el terreno de juego y que creaba dudas para afrontar los segundos 45 minutos.
En la reanudación se antojaba fundamental no cometer fallos y recuperar poco a poco el control del juego, pero a los pocos minutos sucedió el desastre. Un error que no puede volver a producirse dejó al Guru con 10 hombres durante unos minutos por un problema con un pendiente que el colegiado no consideraba reglamentario, y durante esos instantes de desbarajuste táctico una falta lateral muy lejana, aparentemente inofensiva, terminó con un balón suelto dentro del área que significó el segundo tanto de los locales, todo un jarro de agua fría que noqueó al conjunto visitante y ponía el partido muy cuesta arriba para sus intereses. Durante los siguientes 15 minutos el Guru perdió el rigor táctico, y ese desconcierto se pagó a muy alto precio, encajando el tercer gol en otro error defensivo y el cuarto en una contra ejecutada con perfección.
Ya con el partido prácticamente perdido, con 4-0 en el luminoso, el Guru sacó la casta y el coraje que le caracteriza y volvió a ser el equipo que había llevado el peso del juego durante la primera media hora del encuentro. Se fueron sucediendo las llegadas al área de los locales, en ocasiones con más corazón que cabeza, pero que demuestran la ilusión de este equipo. Tuvo que ser Jonás, quién si no, el que transformara un golpe franco que ejecutó con inteligencia buscando el bote y el palo del portero, que metió el miedo en el cuerpo al Grisú. Con tiempo aún por delante, el Guru atacó con mayor ahínco y tuvo varias llegadas que no pudieron culminar, comandadas en su mayor parte por Álvaro, Chus (excelente aportación la suya en condiciones muy complicadas) y Pantiga, pero que de haber tenido suerte en alguna de ellas, bien podían haber hecho el partido muy largo para los locales.
En resumen, derrota dura y dolorosa, puede que demasiado severa, para el Guru, que paga muy caro cada error que comete. No obstante, este es el momento en que los grupos deben fortalecerse y aprender a caminar con el viento en contra. 15 minutos lamentables dilapidaron completamente el encuentro, con fallos que pueden y deben corregirse por parte de todos. Pero es de destacar el compromiso de todo el equipo, sin una mala cara, sin bajar los brazos, sin señalar al compañero, que hasta el último minuto no dejó de intentar voltear el resultado. Nadie dijo que esto fuera a ser fácil, pero lo más difícil de tener, calidad y compromiso, se tiene; el resto siempre se puede corregir con trabajo y humildad. El calendario que viene se antoja complicadísimo, pero por otro lado, supone un mayor motivo para trabajar más duro y con mayor ilusión. Las espadas siguen en todo lo alto y un buen resultado el próximo domingo en el campo del líder dejaría las opciones totalmente intactas.
Cuando llega el invierno, el lobo solitario muere, la manada sobrevive.