Regional 4 – Juventud Estadio 1
Encuentro de altos vuelos en el coliseo ovetense, donde el Grujoan sacó adelante con solvencia un choque que muestra a las claras el nivel al que ahora mismo se encuentra este grupo, al que sólo una concatenación pasada de errores propios y avatares del destino privarán de una mejor posición final en la tabla clasificatoria.
Tarde de buen fútbol en el Luis Oliver, donde el Grujoan recibía a un Estadio que trataba de asegurar su segunda plaza y garantizarse el acceso al play-off de ascenso con el factor cancha a su favor, mientras que los locales ponían su orgullo y honor sobre el tapete, siendo a estas alturas muy exiguas las opciones de llegar a la tercera posición. No obstante, los jóvenes jugadores del conjunto verdiblanco querían demostrar esta tarde que su crecimiento es un hecho, y que sólo sus propios errores en fechas pasadas en encuentros a priori más asequibles, les han privado de una clasificación a la que, por nivel técnico, debieron aspirar.
Antes del pitido inicial se rindió homenaje al joven Christopher, caído temporalmente en acto de servicio la jornada anterior, en una entrañable ceremonia que terminó con la camiseta verde con el dorsal número 7 colgada de la cúpula del templo del fútbol ovetense, con la música del himno de fondo ambiental. Pronto estará de vuelta entre nosotros.
Comenzó el encuentro a un ritmo pausado, demostrando ambos equipos el respeto que se profesaban, y sin que ninguno de los dos bandos quisiera dar el primer paso en falso. Trataba el Grujoan de imponer su juego de toque, pero pese a algunas buenas circulaciones el partido no alcanzaba la continuidad requerida por los locales, con mucho contacto físico y parones en el ritmo del choque. El fajador I. Ania trataba de imponer su toque en el centro del cambio buscando rápidas combinaciones con el arquitecto Ángel, pero sus acometidas siempre eran abortadas antes de llegar a crear auténtico peligro. El cuadro visitante, en cambio, proponía un juego mucho más directo, escenificando una patente diferencia en el estilo de ambos conjuntos en un inicio bastante equilibrado. El Estadio buscaba con insistencia la superioridad física de su delantero, pero hoy el inabordable Domínguez ofreció una vez más un doctorado en defensa, y pese a su juventud, se mantuvo sobrio y sin errores, sin caer en provocaciones o intimidaciones durante todo el partido, en un alarde de energía, orgullo y concentración que no hizo sino aumentar con el transcurso de los minutos. El infalible Sergio y el disciplinado Manu colaboraban en asegurar el marco local, controlando con consistencia y autoridad a sus pares sin conceder llegadas claras a los visitantes, mientras el concentrado y sufrido Alex sostenía el pivote sobreponiéndose con gallardía a sus dolores en un tobillo que posteriormente le obligarían a retirarse del encuentro después de haberse vaciado completamente al servicio del equipo.
Poco a poco, y como no podía ser de otra manera, el transcurso de los minutos fue causando alguna brecha en las líneas de ambos conjuntos y las ocasiones fueron sucediéndose con cuentagotas. Dispondría de algunos saques de esquina y golpes francos laterales el conjunto visitante, cuyo excelente lanzador siempre supone un peligro para la zaga rival. Pero hoy un colosal Edu dominó con autoridad su área pequeña, y despejó con contundencia cada balón aéreo que llevaba intenciones aviesas. La ocasión más clara la tendría el Guru, no obstante, en una penetración por banda izquierda del hoy flamante capitán, el punzante Álvaro, que cuando parecía que iba a ensayar el disparo en una buena posición, cedió un caramelo en forma de pase que el enchufado Ruiz conectó con su pierna buena a bocajarro, siendo detenido el esférico por el portero rival milagrosamente de forma poco ortodoxa con la parte inferior de su cuerpo, y blocando el balón cuando ya se cantaba el gol en las gradas.
Se llegaría al descanso sin cambios en el marcador y con todo por decidir, percibiéndose la tensión en el ambiente que auguraba una segunda mitad de alto voltaje, y que posteriormente, no defraudaría. Algunos veteranos jugadores visitantes tratarían de intimidar en el túnel de vestuarios al potente A. Ruiz con palabras y gestos; craso error.
Salió el Guru más intenso en los inicios de la segunda parte, deseando apurar sus opciones matemáticas en la clasificación, y sobre todo, compitiendo por el orgullo de demostrar que pueden superar a los rivales situados en las posiciones nobles de la tabla. No obstante, cuando parecía que el Grujoan se iba a desmelenar definitivamente, concedió una peligrosa acción a balón parado a pocos metros de la frontal del área, que el consumado especialista de los visitantes no perdonó y ejecutó con categoría haciendo inútil la estirada de Edu. Jarro de agua fría para los jugadores locales, que revivieron viejos fantasmas y se vieron una vez más por detrás en el marcador sin haberse mostrado inferiores a los rivales.
No obstante, como ya se ha vislumbrado en algunos encuentros de la segunda vuelta de los verdiblancos, este equipo no es el mismo que hace unos meses, creciendo en madurez y confianza. El Grujoan siempre creyó en la remontada porque nunca se vio inferior a su rival, y algunos futbolistas dieron un paso adelante y se echaron literalmente el equipo a la espalda. El factor Pantiga empezó a emerger con más fuerza que nunca sin que nadie pudiera detenerlo, y el recién incorporado René era un demonio suelto jugando entre líneas. Fruto del fútbol y de la fe llegó el tanto del empate, en una internada grandiosa del indómito René que filtró un pase interior colocando al gigantesco A. Ruiz en un mano a mano que no perdonó. Pero el empate no sería suficiente premio para los locales, que se lanzaron a por la victoria sin ningún complejo y dibujaron un monólogo en el juego de muchos quilates. Pese a ello, en uno de los pocos errores defensivos de los verdiblancos, el dorsal número 8 del Estadio, sin duda su futbolista más desequilibrante durante toda la temporada, se plantó solo frente al felino Edu, en un mano a mano algo escorado que el ágil portero local desvió ligeramente con la punta de sus dedos impactando el esférico con violencia en su poste izquierdo. Sería la más clara de los visitantes, y que pudo haber cambiado el signo del encuentro, pues a partir de entonces el káiser Miguel no permitiría más alegrías de los delanteros del Estadio, echando el cerrojo en el área local.
Mientras tanto el Guru seguía a lo suyo, y el decisivo Lucas tuvo algunas acciones de envergadura, y fruto de una de ellas, de nuevo fue A. Ruiz el que persiguió un balón al que parecía llegar con ventaja el guardameta visitante para despejar con pierna derecha, pero en el que, no obstante, se produjo una fuerte disputa, el cuero quedó suelto y el portero desorientado después de haber impactado contra un muro de granito, mientras el motivado A. Ruiz se levantó lo bastante rápido para marcar a puerta vacía con su diestra.
El Grujoan consumaba así la remontada y ponía justicia en el luminoso, pero aún restaban muchos minutos por disputarse y nada estaba decidido aún. No obstante, algunos jugadores visitantes perdieron la calma ante el resultado y la apabullante superioridad del factor Pantiga, que una vez trasladado a la posición de mediapunta se hizo con el control total de la situación. Fruto de una de sus imparables conducciones fue agredido por un jugador visitante, que fue expulsado, a la par que se organizaba una importante tangana que no pasó a mayores y que se saldó con algunas amonestaciones. A partir de entonces, el partido como tal se terminó y el Grujoan siguió a lo suyo creando juego y ocasiones, marcando algunas de ellas que bien pudieron ser algunas más, firmando un definitivo 4-1 que reflejó a las claras lo mostrado sobre el verde. El tercer tanto llegaría en otra imponente cabalgada del eléctrico Álvaro, que colgó un balón templado al corazón del área que el diferencial Pantiga, en un plástico escorzo, introdujo a las mallas ante la ovación del respetable.
Mención especial merece el cuarto gol de los locales por su derroche de potencia por parte del increíble A. Ruiz. El delantero local se introdujo en el área visitante persiguiendo un pase de Lucas, disputó un balón dividido cargando con su hombro derecho y quedándose con el control del esférico sin inmutarse, casi silbando, cual dios griego, mientras el defensa rival salía despedido y desmadejado al suelo, cediendo a continuación con generosidad el gol al revoltoso René, que sólo tuvo que empujar a placer.
Partido inmenso y serio del conjunto local al completo, que apura sus opciones matemáticas de acceder a los puestos de play-off en la última jornada. Lástima de los puntos dejados escapar en partidos mal ejecutados, pues ninguno de los equipos mejor clasificados ha demostrado ser superior, pero que no obstante servirán de aprendizaje para años futuros, pues no hay que olvidar la insultante juventud de este grupo de jugadores. La última jornada se disputará en horario unificado ante un duro rival, La Corredoria, al que el Grujoan intentará vencer y esperar acontecimientos.