Regional 1 – Marino de Cudillero 1
Partido del Grujoan disputado en casa en el que no consiguen llevarse la primera victoria de la temporada a pesar de haber mostrado una gran mejoría y haberse hecho acreedores a un marcador cómodo a su favor.
Jornada dominical soleada aunque ya algo fresca en el Luis Oliver, donde los locales buscaban por fin conseguir la primera victoria de la temporada ante un rival que venía de lograr buenos resultados que le colocaban en la parte alta de la tabla. No pudo ser finalmente, pero en términos globales el Guru mostró el mejor fútbol del año, acercándose al equipo que todos esperamos que llegue a ser, y el resultado final sólo puede entenderse aceptando que el fútbol es un deporte en el que no siempre gana el mejor, que es lo que lo convierte en algo tan maravilloso pero al mismo tiempo tan cruel. Los locales salieron a comerse al rival con la posesión del esférico, y se vieron algunas buenas triangulaciones y movimientos en el centro del campo que se van acercando a lo que este equipo requiere para estar arriba. Con muchos jugadores nuevos, algunas ausencias destacadas, una pretemporada muy corta debido a factores externos, el Grujoan comenzó la competición con los deberes a medio hacer y con la mala suerte de encontrarse con un duro calendario; no obstante, después de esta jornada, independientemente del resultado, los brotes verdes sí que pueden considerarse patentes y la asimilación de conceptos comienza a ser un hecho.
Sin embargo, aún quedan muchas cosas por pulir, y una de ellas mantener la seriedad atrás y no cometer errores que cuestan tantos en contra. En esta categoría casi siempre gana el que menos errores comete y no el que más veces acierta, y dada la (esperemos) transitoria sequía goleadora del Grujoan, el rigor defensivo se convierte en un factor fundamental para conseguir victorias y seguir progresando. El Grujoan dispuso en los compases iniciales de algunas buenas llegadas al área rival, mientras que el Marino esperaba su momento atrincherado y con las ideas muy claras, tan sólo creando sensación de peligro a balón parado haciendo uso de su poderío físico y su envergadura, pero que siempre era abortado por la serenidad de un seguro Carballo. No obstante, cuando el Guru poco a poco iba tornando el juego a su favor y poniendo el partido donde lo quería, un error múltiple en banda en un balón que sólo había que empujar fuera del terreno de juego, originó una serie de infortunios que ocasionaron que los visitantes se adelantaran en el marcador. Jarro de agua muy fría para el equipo verdiblanco, que veía como de nuevo se le ponía el partido cuesta arriba en un error propio que le obligaba a remar de nuevo contracorriente.
No se vendría abajo, sin embargo, el conjunto local, lo cual también es digno de mención. El Marino se echó descaradamente atrás y en ningún momento renunció a despejar el peligro con balones largos sin destinatario definido, pero mostrándose seguros y sin cometer errores, tejiendo una tela de araña que no resultaba sencillo rasgar para los locales. Sería el joven Christopher, extraordinariamente motivado, el que protagonizaría la mayoría de las llegadas del Grujoan, especialmente dos de ellas, en las que tan sólo la mala suerte impidió que se convirtieran en el tanto del empate; en una de las mismas realizó un recorte magistral para rematar con la zurda y en la otra tocaría sutilmente con su pierna derecha un envío muy
inteligente de un desbordante Luis, faltando un suspiro para que alguna de ellas subiera al luminoso.
Se llegaría al descanso con la sensación en los locales de que aún no se había dicho la última palabra y de que el partido era perfectamente remontable. En la segunda mitad no varió la decoración, haciéndose si cabe más patente el dominio verdiblanco, que sólo se acrecentó con algunas sustituciones de corte más ofensivo. Se produjo el debut en el coliseo verde del veterano Miguel F.R., que dejó muestras de su experiencia y de su calidad, disfrutando de un par de ocasiones de marcar y dotando de nuevos bríos al empuje local con su dominio del juego aéreo y del desplazamiento en largo. Según iban transcurriendo los minutos el Marino no era capaz de salir de su propio campo, pero no obstante el reloj seguía corriendo, y la mala fortuna de cara al marco rival junto con las constantes interrupciones y pérdidas de tiempo en ese otro fútbol que el colegiado no quiso atajar, hizo que la impaciencia se fuera poco a poco adueñando del cuadro local y de la propia grada. Los laterales locales se convirtieron en cuchillos que rompían la defensa local, con el determinado Álvaro y un exuberante Luis, que, sobre todo este último, demostró que cada vez se encuentra en mejor forma y que cuando el rival baja lo más mínimo su condición física se convierte en sencillamente imparable para los zagueros del adversario. El comprometido Domínguez iniciaba constantemente las jugadas sin renunciar en ningún momento al estilo de juego combinativo de los locales, demostrando su liderazgo y confianza en sí mismo y sin perder la calma y recurrir al recurso fácil de rifar el esférico. En la delantera, el revoltoso e hiperactivo Miguelín se convertía en un incordio constante para los defensas visitantes, que no encontraban la forma de detenerlo, mientras que el joven Christopher, hoy sí, pletórico en su juego, recibía entre líneas, recortaba, driblaba, dividía y entregaba, sin dejarse intimidar por las faltas recibidas, que en ocasiones merecieron mayor castigo que el impuesto, echándole bemoles al asunto. Sería este último, el 7 del Guru, el que finalmente, cuando ya se había sobrepasado el minuto 80 y el partido comenzaba a languidecer, el que con un zurdazo desde fuera del área, sutil y ajustado, colocaría un más que justo empate en el marcador, que fue celebrado con rabia por todo el equipo local.
Aún restarían algunos minutos por disputarse, que se antojaban quizá suficientes para que el Grujoan marcase un segundo tanto que le otorgara una victoria a la que se habían hecho más que acreedores. No llegaría, sin embargo, dicho gol, y el marcador ya no se movería, a pesar de que los locales lo intentarían hasta el final y aún dispondrían de alguna ocasión que se fue al limbo. Reparto de puntos que no dejaría satisfechos a los locales ante la superioridad demostrada y las ganas de vencer exhibidas.
En definitiva, otra semana más en la que el Guru no consigue esa ansiada victoria que le dé alas en la clasificación y sobre todo en la propia autoconfianza. No obstante, los locales cuajaron de largo el mejor partido de la temporada, donde esta vez sí, fueron netamente superiores a un rival que, recordemos, está situado en los puestos de honor de la tabla, y tan sólo la mala suerte, el poco acierto goleador, y sí, los errores de bulto en defensa que no deben volver a repetirse, impidieron que el Grujoan no sólo obtuviera los tres puntos, sino que incluso consiguiera la victoria por un marcador abultado. Ese debe ser el camino a seguir en el futuro, confiando en el plan establecido y sobre todo con compañerismo y lealtad, pues sólo siendo un equipo en todos los sentidos se consiguen los objetivos. Este grupo siempre se ha caracterizado por ser una piña dentro y fuera de la cancha, sin recriminaciones y animando al compañero, por lo que todos deben remar en la misma dirección o de lo contrario estarán restando en vez de sumar.
La próxima jornada en Grujoan vuelve a jugar en casa frente al Rosal, en el que esperemos sea al fin el punto de inflexión para encadenar una serie de resultados positivos que refuercen el trabajo de la semana. Este año la clasificación va a estar extremadamente disputada, pues la igualdad probablemente hará que todos los equipos se dejen puntos en muchos campos, por lo que no hay nada perdido aún.
Mucho Guru!