La Corredoria 2 – Regional 3
Victoria trascendental de los nuestros en uno de los campos más difíciles de la categoría que les consolida en posiciones de play-off acechando de cerca el liderato.
Salida complicada del Grujoan al Manuel Díaz Vega, en una jornada dominical pasada por agua y frente a un rival instalado en las posiciones altas y con un juego directo que siempre resulta complicado de contrarrestar. Se trata éste de un terreno de césped sintético donde hace tiempo que ya hay más caucho que césped y que pide a gritos una reforma, dado que el balón no bota como debiera ni rueda de manera fluida, por lo que en ocasiones el juego raso se vuelve una empresa imposible de realizar, lo que unido a las grandes dimensiones del campo, invita a la práctica de un fútbol basado en desplazamientos en largo y la búsqueda de los espacios. El Guru era muy consciente de esta situación y de lo que tenía enfrente, y además las grandes cantidades de lluvia que habían caído durante las últimas horas podían favorecer que el esférico pudiera patinar y rodar con mayor velocidad.
No obstante, a pesar de la concentración de los visitantes, los primeros minutos del encuentro fueron un constante sufrimiento para los verdiblancos, que no terminaban de adaptarse a las condiciones y parecían encontrarse a merced del rival, recordando los inicios de la temporada donde las cosas no siempre salían como se trabajaban. Dispondrían los azulones, sin grandes alardes, de varios acercamientos peligrosos a la portería visitante, especialmente explotando su poderío aéreo en el balón parado y buscando desplazamientos en largo por banda para finalizar con balones al área, siempre atentos a posibles rechaces y segundas jugadas, donde las acciones defensivas del imperial Domínguez y del poderoso Chota mantuvieron al Guru con vida. No obstante, serían los visitantes los que dispondrían de la ocasión más clara de los albores del partido, cuando, como viene siendo habitual, el imparable A. Ruiz intimidase con su proverbial presencia física a defensores y guardameta locales, logrando robar un balón en posición escorada y con posibilidad de marcar a puerta vacía, aunque el escaso ángulo disponible provocó que fallase por muy poco, en una acción que bien pudo cambiar totalmente el transcurso del choque y que sembraría un pánico en la zaga local que arrastrarían durante el resto de la contienda.
Sin embargo, pese a algunas intentonas del perseverante y hoy trabajador Mayo, el dominio de la situación era fundamentalmente local, logrando adelantarse finalmente en la
ejecución de un golpe franco en posición peligrosa que, tras rebotar en el larguero, fue remachado a la red por uno de los rematadores locales que se encontraba libre de marca, haciendo inútil la estirada de un elástico Carballo, que nada pudo hacer. Se pondría la situación cuesta arriba para el Grujoan como hacía mucho tiempo que no se ponía, pero este equipo no es el que era hace unos meses y está hecho de una pasta lo suficientemente dura como para no rendirse al primer golpe. Con un mundo aún por disputarse, los verdiblancos trataron de jugar a lo que saben y no permitir que el encuentro transcurriera al ritmo que deseaban los locales, aunque cierto es que el juego no fluía con la alegría de otras ocasiones. A pesar de ello, los visitantes continuaron perseverantes, casi siempre finalizando sus ataques en acciones del eléctrico Miguelín, que no dejó de encarar una y otra vez a su par volviéndole loco con sus imprevisibles maniobras, sus controles imposibles, y sus regates insospechados, aunque lamentablemente sus desbordes no pudieron concretarse en remates francos que lograsen la igualada. El mariscal Íñigo iría creciendo con el transcurso de los minutos, poniendo cloroformo al juego con su pausa controlada, mientras el multiusos Manu ejercía de escudero perfecto barriendo todo lo que escapaba a su control con su despliegue y su esfuerzo impagables. Sería el propio Íñigo el que lograría el tanto del empate poco antes del intermedio, materializando una falta lejana que golpeó con colocación y parábola, sorprendiendo al portero local que no pudo atajar el esférico, en un gol totalmente inesperado y producto de una auténtica genialidad. No habría tiempo para más y los equipos se dirigirían a los vestuarios con el marcador en tablas y con todo aún por decidir.
La segunda mitad comenzaría con unas sensaciones mucho más halagüeñas para los visitantes, que parecían haberle tomado el pulso al partido y dominaban el juego con mayor presencia, creando circulaciones más fluidas entre líneas en las que por fin intervenían con mayor protagonismo el fino Romario y el diferencial Mayo. No obstante, cuando mejor plantado parecía estar el Grujoan, un ataque local culminó en un balón al área que fue rematado con seguridad al palo largo de la portería defendida por Carballo, que al igual que en el primer tanto, nada pudo hacer para evitarlo. Jarro de agua muy fría y golpe durísimo para los verdiblancos, que veían como el rival se volvía a adelantar poniendo en una situación muy comprometida al cuadro visitante. No obstante, como ya se ha dicho con anterioridad, este equipo no se achica ante las adversidades; en estos campos y en estas situaciones es donde se consiguen los campeonatos y las grandes gestas, y una vez más el Guru volvió a levantarse con mayor brío aún que antes. La entrada del joven Christopher dotó de mayor verticalidad a los ataques visitantes, mientras que el curtido en mil batallas Miguel F.R. otorgaba más empaque a la zona ancha y firmeza en los balones divididos. Atrás, el colosal Domínguez decidió que hasta ahí habían llegado las concesiones y no toleró que el rival volviera a acercarse a su portería, mientras que un seguro y fiable Luisito echaba el cerrojo en su banda y el siempre cumplidor y exuberante Sergio exhibía sus envidiables pulmones en ataque y defensa. Tan sólo tendría una oportunidad a partir de entonces la escuadra local, en un remate de cabeza en un saque de esquina que el ágil Carballo desvió bien por alto.
Mientras tanto, el Grujoan avisaba cada vez con mayor insistencia, y sería A. Ruiz de nuevo el que tendría una buena ocasión con pierna derecha que cruzaría en exceso, saliendo desviada por centímetros; sería la última vez que el killer del Guru avisaría, porque en estos momentos y con su estado de forma, A. Ruiz avisa una vez, y sólo una, la siguiente machaca. Poco después, mientras el conjunto del Luis Oliver se echaba descaradamente al ataque con la entrada del comprometido e incisivo Dani Serrano, se harían buenos los pronósticos, cuando de nuevo la hormiga atómica del Grujoan, el magistral Miguelín, penetró como un puñal por banda derecha con driblings imposibles de seguir para el ojo humano, habilitando con un pase milimétrico entre líneas para A. Ruiz, la definitiva arma de destrucción masiva del Guru, que controló con aplomo e inició una conducción imparable hacia el arco enemigo, dirigiéndose al portero rival que a buen seguro deseó no estar allí en esos momentos, pues es lo único que puede desear un ser humano al ser encarado por un toro enfurecido, mirada firme y mentón erguido, y definiendo finalmente con potencia y sin remisión, igualando merecidamente la contienda.
Lograban los visitantes el ansiado tanto del empate, con aún unos minutos de infarto por delante en los que pasó de todo. Los locales no quisieron conformarse con un reparto de puntos que quizá podría haber sido aceptable para ambos conjuntos con lo que aún queda por delante, y decidió lanzarse a por la victoria dejando bastantes espacios a su espalda. Se defendería bien el Grujoan, normalizando el dibujo sobre la marcha y contando con el sacrificio y el trabajo de todos, sin que La Corredoria pudiera gozar de ocasiones francas de peligro. Sí dispondría de ellas, en cambio, el conjunto verdiblanco, que con el joven Christopher fresco en banda izquierda mató literalmente al conjunto azulón. En la primera de ellas, aprovechando un excepcional contragolpe, recibió un balón al espacio en el costado, devolvió de primeras con su zurda en un envío de mucha calidad hacia el desatado Mayo, que después de haber esprintado más de 50 metros aún tuvo los arrestos para controlar con su testa y aguantar estoicamente la tarrascada de sus dos marcadores, que le golpearon con descaro uno detrás de otro en la frontal del área, cediendo al noble impulso de continuar la jugada a pesar de haber sido objeto de clara infracción, que malograría al disparar fuera, quizá precipitadamente, ya sin oxígeno en el cerebro. No concedería nada el colegiado, a pesar de las protestas visitantes y el juego continuaría, hasta que poco después se sucedió una jugada casi calcada a la anterior, donde el joven Christopher exhibió su velocidad y dejó literalmente clavado a su defensor, sacándole 5 metros en 10 de carrera, pisando área y recortando con su zurda buscando un pase decisivo que fue cortado con la mano por la zaga local, siendo, esta vez sí, castigada la acción con la pena máxima cuando ya se llegaba prácticamente al tiempo de descuento. Sería el crecido A. Ruiz el que asumiría la responsabilidad de ejecutar desde los 11 metros, lo que haría con una tranquilidad pasmosa, haciendo gala de su potencia de golpeo y reventando las mallas, en un impacto que se oyó desde el Luis Oliver, que significaría el tercero de los visitantes en un desenlace heroico e inesperado.
Los minutos que restaban por disputarse estuvieron plagados de interrupciones, quejas y altercados, y fue poco fútbol el que hubo tiempo de practicar, por lo que se llegaría definitivamente con el resultado de 2-3 al pitido final, que fue celebrado como se merecía por la hinchada verdiblanca. Victoria importantísima y de mucho prestigio, que unido a los resultados de la jornada hacen avanzar un pasito más al Grujoan en su escalada clasificatoria, y que tiene mucho más valor aún por la forma en que se produjo, ya que por dos veces hubo que levantarse de una adversidad y vencer muchas dificultades. Este encuentro demuestra sin lugar a dudas el exponencial crecimiento de este equipo y el compromiso de todos, ya que sólo con el trabajo coral es posible conseguir una proeza de estas características, donde todos hacen su labor y bajan al barro sin dudar. La próxima jornada el Grujoan recibe en el Luis Oliver a otro hueso como es el Estadio, que si bien llega un poco por detrás en la tabla, siempre es un equipo duro y difícil de batir, ya que en todos los encuentros compite y en caso de caer, lo hace por la mínima. Será necesario el trabajo de todos para poder seguir soñando, ya que a buen seguro vendrán con ganas de conseguir un buen resultado para sus intereses.
Mucho Guru!