Juvenil «A» 1 – Arenal «B» 2
Amarga derrota en feudo local que corta la buena racha del Grujoan en un encuentro extraño que mereció terminar de otro modo.
Después de la épica victoria en el Nuevo Ganzábal, tocaba consolidar las buenas sensaciones ofrecidas y sumar una victoria que colocaría a los verdiblancos en una muy buena posición en la tabla. Y nada mejor para ello que contar con el apoyo de la hinchada en el Luis Oliver, teniendo como rival a un conjunto como el Arenal “B”, que como todo buen equipo filial, puede pecar en ocasiones de ingenuidad pero siempre cuenta con chicos con muy buen trato de balón.
Arrancaban de forma inmejorable los locales con una clarísima oportunidad en la que el sempiterno J. Palicio buscaría un balón al hueco, aprovecharía una indecisión del arquero rival y cedería con clarividencia atrás para que el talentoso Isaías, libre de marca, remachase a la red, pero a éste se le fue un poco largo el control, cosa extraña, viéndose obligado a disparar en posición un tanto forzada, con lo que el esférico terminaría perdiéndose por la línea de fondo. Y tras esta ocasión que se iría al limbo, tendría la suya el conjunto gijonés, con la diferencia de que ellos no perdonarían; en una indecisión en la salida del balón por parte local se produjo una apertura con ventaja por banda izquierda que culminaría con un preciso pase de la muerte que el delantero visitante tocaría con clase, poniendo el 0-1 en el luminoso, cuando aún algunos aficionados no habían ocupado sus asientos en la grada.
Quedaba aún mucho tiempo por delante, y el Grujoan trató de plantar cara a la situación, llevando el control del juego y contando con las más claras oportunidades. No estaban mal los locales, ni en lo que a estar plantados en el campo se refiere, ni en cuanto al juego propiamente dicho, pero flotaba en el ambiente una sensación de que era una de esas tardes en las que todos los astros se alinean en contra. Dispondrían de varios acercamientos los verdiblancos, algunos de ellos con cierto peligro, siempre comandados por el despliegue y el derroche del monumental Carbajo, pero el gol no terminaba de entrar. Lo que es aún peor, en la segunda aproximación de los visitantes, otro nuevo despiste defensivo significó el 0-2 a puerta vacía, ante el estupor y la incredulidad del respetable, que no daba crédito a lo que veía.
El golpe encajado por los ovetenses con el segundo tanto fue especialmente duro, porque a pesar de las oportunidades desperdiciadas, sentían que pagaban muy caros los contados errores cometidos con un resultado excesivamente duro, pero así es el fútbol y así es especialmente esta categoría, se lleva el gato al agua el que está más acertado en ambas áreas. Y menos mal, porque en otro error el Arenal gozaría de otro mano a mano en el que el atento David se hizo inmenso y logró evitar el definitivo desastre.
Se llegaría al intermedio con las extrañas sensaciones en el cuerpo de los jugadores locales, pero también con el convencimiento de que era más que posible dar la vuelta a la situación. Desempeñarían un papel fundamental en dicho cometido los hombres de refresco que saldrían en la segunda parte, la elegancia y la varita de Josín, junto con la electricidad y el rock n’ roll de Gabry, que inclinarían totalmente la balanza hacia el campo visitante en una segunda mitad que fue prácticamente un asedio. El incisivo Rubén se formó una sociedad ilimitada con Gabry por banda derecha, con continuas incorporaciones que llevaron mucho peligro, mientras que el ubicuo Carbajo controlaría a placer la sala de máquinas. Gozaría de una inmejorable ocasión el insistente J. Palicio en un buen envío en largo del trascendente Alex, cuyo intento de vaselina fue abortado por las manos del cancerbero rival. Poco después, tras la entrada del revoltoso Denilson para poner más dinamita en el área visitante, llegaría el merecido tanto de los locales, que por fin acortarían distancias por medio del goleador J. Palicio, que al fin encontró premio a su gran trabajo, resolviendo a la perfección con un disparo cruzado, con aún muchos minutos por delante. Tras una sustitución que permitió el pase al centro del campo del mariscal Maxi, en un estado de forma excelente, el dominio del Grujoan ya fue absoluto hasta el final del encuentro. El propio J. Palicio, una vez más, en uno de sus característicos reversos, lanzaría un peligroso disparo que el portero despejaría con fortuna, el desequilibrante Gabry encararía con éxito una y otra vez, sorteando a cuantos rivales osaban salir a su paso, el refinado Josín también dispondría de oportunidades para ensayar su excelente tiro de media distancia… en definitiva, ocasiones de todos los gustos y colores que el Arenal resistió como buenamente pudo, a veces mas por fortuna o desacierto local que otra cosa, pero sin que los locales consiguieran una igualada a la que se habían hecho ampliamente acreedores.
Derrota inesperada e inmerecida para nuestros juveniles, que pagaron un precio demasiado elevado por sus errores. Fue un encuentro extraño, en el que flotaba la sensación de que todo lo que pudiera salir mal ese día, saldría mal, pero en el que a fin de cuentas cabe extraer conclusiones positivas, ya que el equipo creyó en sus posibilidades hasta el final, nunca entregó la cuchara, aguantó bien en el aspecto físico, y desde luego que si se hubiera tratado de un combate a los puntos, hubiera vencido con claridad. No es menos cierto que en esta categoría los errores penalizan mucho, ya que el más tonto hace relojes, de modo que hay que extremar la concentración en todo momento, pues no es permisible que un rival como éste te marque dos goles sencillos en media hora. La próxima jornada el Grujoan visita a otro filial, en este caso el Manuel Rubio “B”, y estamos seguros de que con la lección bien aprendida.
Nadie dijo que esto fuera a ser fácil. Mucho Guru!