Juvenil «A» 2 – La Corredoria 1
Gloriosa, sufrida y trabajada victoria de nuestros juveniles en feudo local que tras una épica remontada presentan de manera firme sus credenciales para seguir agarrándose al tren de la zona alta.
Cerraba la jornada dominical en el templo del fútbol ovetense el máximo exponente de nuestra categoría juvenil, que debía afrontar un difícil compromiso ante un rival que llegaba bien situado y con buena dinámica de resultados. Y no defraudaría el encuentro ni nuestro propio equipo, que tras superar varias adversidades conseguiría sacar fuerzas de flaqueza para levantar un partido que se había puesto muy cuesta arriba, afianzando las buenas sensaciones y la escalada en la tabla de las últimas fechas.
Comenzarían los verdiblancos con un claro dominio del juego y de los espacios, tratando de encontrar alguna rendija en el entramado defensivo propuesto por los visitantes, que permanecerían muy serios atrás mientras esperaban el paso de los minutos y gozar de alguna contra que pudiera poner en aprietos a los nuestros. No les saldría mal el planteamiento a los azulones, ya que el Guru, a pesar de dominar la posesión y ofrecer unas aceptables prestaciones, adolecía de cierta claridad y falta de ideas en los últimos metros que no le permitían concretar ocasiones claras de gol, a pesar de que sí protagonizarían varios acercamientos con cierto peligro, mientras el atento David no pasaría ningún apuro y mostraría con autoridad su buen juego de pies.
El termómetro Abel continuaría una semana más con su estado de dulce, en una excelente forma física y con plena confianza en sus facultades, apareciendo por todas las zonas del terreno de juego, ya fuera en la recuperación y el repliegue como en el inicio de las combinaciones ofensivas, secundado por el mariscal Maxi, un seguro de vida en la zona de medios con su exuberante potencia y su insuperable presencia. En la zona defensiva el pletórico Alex ejercería de líder perfecto para apoyar con su velocidad el concurso de un asentado Villar, siempre infalible una jornada tras otra a pesar de la acumulación de minutos que lleva en sus piernas esta temporada. En los laterales estarían en esta ocasión el polivalente y eterno Míkel por banda izquierda y el talentoso y enérgico Diego por el costado derecho, con su capacidad para el desdoblamiento y su capacidad de finalización.
Sin embargo, los minutos irían pasando y el Grujoan no conseguía abrir la lata, por lo que se imponía la necesidad de mantener la paciencia y continuar madurando el choque hasta que el cansancio y la insistencia provocasen que los visitantes dejasen alguna fisura en su telaraña defensiva. El violinista Isaías trataría de ofrecer su clarividente juego entre líneas y su indudable talento para el pase al hueco y el juego a primer toque, mientras el correoso Gabry mantendría una lucha sin cuartel, peleando cada balón y pegándose con todos los defensores que trataban de medir sus fuerzas con él. Producto de todo este trabajo llegarían algunas ocasiones para los locales, como un disparo de golpe franco con su zurda del granítico Carbajo que no encontró puerta, un remate en semifallo del siempre avizor Villar que no entró de milagro, y especialmente dos disparos con mucha mala uva del elegante y glamuroso Josín, que por poco no afinó el punto de mira buscando la escuadra del palo largo de la portería visitante.
Sin embargo, cuando más parecía inclinarse el desarrollo del encuentro a favor de los intereses del Grujoan, los azulones encontraron aquello que habían esperado durante todo el primer acto, en una transición donde el repliegue local no fue del todo bueno, logrando un mano a mano muy nítido en el cual el muro del Grujoan, David, no pudo hacer nada para evitar el primer tanto del partido. Jarro de agua fría para los locales, que veían florecer viejos fantasmas en un duelo totalmente controlado en el que se veían a contracorriente sin saber muy bien por qué, como tantas veces había ocurrido durante toda la primera vuelta de la competición. Tardarían unos minutos en recuperarse del impacto los verdiblancos, y en medio del despiste, por poco no se vieron con una renta mayor en su contra en otro disparo franco dentro del área en el que esta vez el inmenso David, en dos tiempos, taponó todos los huecos de su marco dibujándole la portería muy pequeña al delantero rival.
Llegaría el intermedio con cierto alivio para los del Luis Oliver, que después de haber cuajado una primera parte en cierto modo algo espesa, pero siendo muy superiores a su rival, se veían con una gran montaña por escalar en la segunda mitad, y con las sensaciones encontradas de tener que dar gracias por no verse con una desventaja de dos goles. Se imponía templar los nervios y corregir sosegadamente los errores cometidos, para salir con plena confianza en lograr la remontada en los aún largos 45 minutos que estaban por disputarse.
90 minuti en el Luis Oliver son molto longo, como proclama el refranero popular, y los nuestros dieron fe de ello en una segunda parte para enmarcar en los anales de la historia de este glorioso club. El Grujoan saldría con tranquilidad pero con persistencia inquebrantable para dar la vuelta al luminoso, y durante los primeros 15 minutos del segundo acto pusieron cerco al área visitante en un asedio constante, que sin embargo, no terminaba de dar sus frutos. La vocinglera hinchada del Luis Oliver llevaría no obstante en volandas a los nuestros, y como en las mejores tardes que se han vivido en el coliseo verdiblanco, se palpaba en el ambiente que algo grande estaba por suceder. Y llegaría entonces el momento clave del encuentro y de la jornada.
20:16 horas, estadio municipal del Luis Oliver. Quedará registrada por siempre esa efeméride en el libro de proezas del templo del fútbol ovetense, pues comenzaría lo que en el futuro se conocerá como “El Día de la Bestia”. El deseado J. Palicio retornaba tras su larga convalecencia, pletórico de ganas y de energía para dar la vuelta al luminoso, ante el jolgorio del respetable, que celebró su ingreso en el terreno de juego a la par que otorgaba una cerrada ovación al brujo Isaías, que lo había dado todo en un despliegue físico agotador en el que pagó su reciente enfermedad.
A partir de entonces el cerco del Grujoan a la portería visitante fue ya un escándalo, y espoleados por una enfervorizada grada, unido a la trascendental aportación del resto de sustituciones, se hacía evidente que el tanto del empate estaba próximo. Tras algunas buenas oportunidades, llegaría la jugada que definitivamente cambiaría el signo del encuentro. El hijo del metal, el férreo Carbajo, disputaría con abuso su poderío en un balón aéreo en el círculo central, desmadejando completamente a su competidor, cayendo el esférico en los pies del mago Josín, que desde el costado izquierdo se inventaría un pase que rompería la zona central de la zaga visitante, donde el babilónico J. Palicio controlaría con suficiencia con su pecho, definiendo a continuación con tiento y calidad con su zurda para sortear la salida desesperada del arquero rival y firmar unas tablas que hacían justicia a lo ofrecido por ambos conjuntos. Jugada maestra de los locales que aunaba todas las virtudes que deben ser santo y seña de este equipo, esfuerzo y tesón junto con calidad y trascendencia.
Tras el empate no variaría el guión del encuentro. Los verdiblancos contarían con el inestimable empuje del aguerrido Nelson, que libraba una batalla en cada balón dividido, y especialmente con el decisivo concurso del fundamental y afilado Denílson, que con su encomiable derroche de ganas y generosidad jugaría un papel trascendental en el desenlace del choque. Sería precisamente el lúcido Denílson el que encontraría al sobrado J. Palicio en la frontal del área rival, el cual imaginaría un tremendo autopase dejando pasar el cuero entre sus piernas, para tras hacer gala de su inmensa explosividad, plantarse delante del cancerbero azulón, disparando finalmente un tiro cruzado que buscó y no encontró por poco la base del palo largo de la meta rival, cuando ya se cantaba el gol en las gradas.
No desfallecerían los locales tras la clara ocasión marrada, y en un emotivo alarde de deseo y confianza, no se conformarían con el empate, con un inconmensurable Abel que se multiplicaría de una manera irracional por todos los rincones del terreno de juego. Rozando ya el minuto 90 del encuentro, acontecería la jugada que marcaría el resultado y quién sabe si el resto de la temporada, en otra acción donde varios jugadores demostraron por qué visten la camiseta del Grujoan con pleno derecho. En una transición ofensiva de La Corredoria, el insuperable Alex ejecutaría uno de sus clásicos y efectivos cruces, cediendo el esférico para que el exquisito Míkel jugase en largo, donde sería el batallador Gabry el que con sacrificio y pulmones disputaría con gallardía impidiendo que el balón se marchase por la línea de banda; recogería el balón muerto el inspirado y determinante Denílson en zona de tres cuartos, tocando de primeras con clase y astucia para que de nuevo el ciclópeo J. Palicio midiese sus capacidades ante el solitario central visitante. Y vaya si las mediría, ya que ejecutaría con maestría un efectivo autopase, pondría en funcionamiento la potencia de sus piernas de acero para ganar con suficiencia el definitivo sprint final, plantándose de nuevo en posición escorada ante el prevenido portero azulón, y cuando todo el mundo esperaba un nuevo disparo raso al palo largo en un calco de la jugada anterior, “The Animal” se sacaría de la chistera un chut imparable, inesperado, majestuoso, que reventaría las mallas del arco entrando por la misma escuadra del palo corto, ante la impotencia del portero y el estallido de júbilo de toda la parroquia local, estruendo que haría sonreír orgulloso al mismísimo Luis Oliver.
No quedaría tiempo para nada más, aún imperando en el ambiente la mezcla de alegría y de incrédula estupefacción tras haber presenciado el despliegue de todo el cuadro verdiblanco comandado por el retorno de la bestia, que regresa con más fuerza que nunca para abrochar tres puntos que se antojan fundamentales por la forma en que se lograron. El Grujoan encadena con este partido varios resultados muy positivos, con inmejorables sensaciones y en un momento de dulce que hay que aprovechar, pero con los pies en el suelo pues aún queda un largo camino para engancharse definitivamente a las posiciones de privilegio de la tabla, que aún quedan lejos. No resta sino seguir trabajando con la confianza de las últimas semanas, y pensar ya en el próximo compromiso liguero frente a un durísimo rival como es el Codema, un buen equipo de la zona alta que tiene un auténtico fortín como campo propio. Pero con esta actitud y este esfuerzo nada será imposible, cuando aún queda un mundo por disputarse. Se demuestra una vez más que si bien las individualidades en ocasiones marcan diferencias, el concurso de todos es trascendental para lograr los más altos objetivos, tanto de los que juegan de inicio como de los que salen desde el banquillo, incluyendo a todos aquellos que aprietan en cada entrenamiento y animan desde donde estén, pues sin la aportación de todos esto no habría sido posible, como queda demostrado con este épico y emocionante partido.
Mucho Guru!