Juvenil «A» 2 – Covadonga «B» 1
Regresa el deporte rey al templo del fútbol ovetense con una memorable victoria de nuestros chicos del Juvenil “A”, que logran remontar un partido que había comenzado cuesta arriba y brindan a nuestra afición la primera alegría del año.
Después de más de un año sin competiciones deportivas en el Luis Oliver, nuestro primer equipo juvenil comenzaba su andadura en feudo local recibiendo a nuestro vecino en un duelo de altura, todo un derby que significaba el pistoletazo de salida para esta temporada exprés que nos toca vivir. La incertidumbre tras tanto tiempo de inactividad suponía un hándicap para ambos conjuntos, que salieron al verde con las lógicas precauciones que la situación exigía. No obstante, en un descuido defensivo del Grujoan, el cuadro visitante lograría adelantarse en el electrónico, una jugada aislada que lastraría a los nuestros durante los primeros compases del choque.
El equipo verdiblanco acusaría los nervios tras el gol encajado y le costaría desplegar su juego e imponer su intensidad ante un Covadonga que se hacía con el control de la zona ancha. No obstante, según fueron transcurriendo los minutos el conjunto local se iría soltando y lograba equilibrar la situación, merced a un inexpugnable David bajo palos que mantuvo bajo control las acometidas de los azulones con su envidiable temple. El inclemente Jito comenzaría a imponer su ley en el centro del campo, mientras que el pletórico Godo, muy motivado e inmerso en un dulce estado de forma, echaba el cerrojo al área local imponiéndose en la mayor parte de los duelos, contagiando con su energía al resto de sus compañeros. Comenzó a aparecer el elegante Josín, o deberíamos decir don José Manuel, que con el “10” a la espalda y con su repertorio de regates, pisadas, amagos y recortes arrancaría los primeros murmullos de admiración de un público que también acusaba el largo parón y que había comenzado algo adormecido, que poco a poco iría despertando para insuflar esa necesaria energía que necesitaba el cuadro verdiblanco.
Se llegaría al intermedio con las espadas en todo lo alto y con todo aún por decidir, con un Grujoan que había conseguido poner el partido donde lo quería y con un Covadonga que empezaba a mostrar dudas tras un comienzo arrollador, conscientes de que aún quedaba mucha tela por cortar. La charla técnica daría los frutos deseados y los nuestros saltarían al césped para disputar el segundo acto convencidos de sus posibilidades y dispuestos a hacer bueno el dicho de que “noventa minuti en el Luis Oliver son molto longos”.
En la segunda mitad aparecerían con mayor frecuencia hombres importantes en el engranaje del Guru. El imperturbable Míkel se vestiría de nuevo con su frac de los sábados para dar una master class de lo que es un lateral moderno con su defensa férrea y su salida de balón inmaculada, mientras en el eje de la zaga el hercúleo Diego se impondría en todos y cada uno de los duelos que mantuvo frente a su par, en un alarde de fortaleza que resultaría clave en el devenir de los acontecimientos. La brújula Fran intervendría cada vez con más criterio en la creación del juego, encontrando cada vez con más frecuencia a los puntales ofensivos del Grujoan, con un incansable Miguel Mardomingo, un incordio constante por banda derecha, y el gladiador Sergio en la punta del ataque creando los espacios necesarios para sus compañeros, ocasionando problemas cada vez mayores a la zaga del conjunto azulón, que veía como perdía cada vez más terreno ante un Grujoan que mostraba plenamente sus señas de identidad y lo difícil que va a ser hincarle el diente para cualquiera. Ruby, el pequeño genio de cabellos dorados, aparecía cada vez más entre líneas, indetectable por momentos para los defensores visitantes, mientras el capitán Josín continuaba haciendo de las suyas, especialmente en una jugada en la que tiró un caño en una baldosa que desató definitivamente a la hinchada verdiblanca.
Daba la sensación de que el tanto del empate estaba al caer, y efectivamente éste llegaría en una jugada de estrategia que daba el justo premio al duro trabajo de los últimos meses. Un saque de esquina magistralmente ejecutado por el francotirador Fran al primer palo sería heroicamente rematado al fondo de las mallas por un dinámico Berto, que con toda su alma cabeceó inapelable el tanto del merecido empate, que sería celebrado por todo el bloque con rabia y empaque y jaleado con profusión en los atestados graderíos del Luis Oliver. Subirían de ese modo las tablas al electrónico, con aún muchos minutos por delante, pero con unas sensaciones en el terreno de juego que otorgaban a los locales la oportunidad de ir sin ambages a por los tres puntos.
El mensaje fue captado desde el banquillo verdiblanco, que con total valentía apostaría por noquear a su tocado oponente. Un vaciado Fran dejaría su sitio al talentoso Ulises, que en uno de los primeros balones que pasaron por sus botas sacaría a relucir toda su clase para asistir en un excelso envío al primer toque para que Ruby, la saeta rubia de Ventanielles, se plantara delante del cancerbero visitante en posición algo escorada que definiría con un toque repleto de clase y sutileza, colándose el esférico manso y suave en el marco azulón para delirio del respetable. El talento halló al talento una vez más, y el Grujoan conseguiría así adelantarse en el marcador culminando una remontada a la que se había hecho acreedor.
Aún restarían muchos minutos por delante que evitaban que el pescado estuviera totalmente vendido, pero el Grujoan, en un alarde de firmeza y madurez, controlaría casi a placer los últimos compases del choque, evidenciando un envidiable estado físico. El crecido Berto mostraría toda su agudeza por el costado izquierdo, mostrando todo el inmenso fútbol que lleva dentro, asociándose con acierto con el desequilibrante Christian, que aportó minutos de gran calidad e incalculable valor en su salida al terreno de juego. Un sobrado Ulises disfrutaba de su superioridad en la línea de tres cuartos, y apoyándose siempre en un inagotable Miguel Mardomingo, el conejo de Duracell del Grujoan, bien pudo fabricar algún otro gol más que abrochara definitivamente la victoria para los locales. No pudo ser así, sin embargo, entre algunas decisiones arbitrales controvertidas y errores en la finalización, y les tocaría a los verdiblancos conservar la ventaja con la incertidumbre de la escasa renta de la que disfrutaban. No sufrirían en exceso, a pesar de todo, con el importante concurso de un sólido Davo y un revolucionado Joaquim, y las llegadas del Covadonga al área del Grujoan serían solventadas con eficacia y seguridad por el impertérrito David, quedándose finalmente los tres puntos en el Luis Oliver.
Victoria muy meritoria de los locales, muy trabajada y levantando un marcador adverso, sabiendo imponerse a unos comienzos dubitativos, con los nervios lógicos de la vuelta a la competición. Este grupo nos mostró gran parte de sus virtudes, con un nivel de competitividad muy elevado, y sobre todo con gran solidaridad y disposición al trabajo, a lo que hay que añadir unas considerables dosis de talento, que convierten a este equipo en una piedra en el zapato para cualquier rival. La competición apenas acaba de empezar, y si bien esta primera victoria supone una inyección de confianza, se impone pensar en el siguiente partido ante la Escuela Teresiana y afrontarlo con la mayor humildad, pues todos sabemos lo competida que es esta categoría y lo mucho que hay que sudar ante cualquier oponente.
¡Mucho Guru!