Madalena de Morcín 3 – Regional 4
Victoria de prestigio en uno de los campos más complicados de la categoría, donde nuestro equipo remontó un marcador adverso en dos ocasiones para llevarse los tres puntos de la manera más épica.
Visitaba nuestro Regional la difícil plaza de Morcín, uno de esos campos donde los nuestros históricamente han sufrido mucho para sacar resultados positivos. Campo de pequeñas dimensiones, rival duro y experimentado, lugar de tradición de ese fútbol añejo cada día más escaso en categorías inferiores… se preveía una batalla que una vez más pondría a prueba la madurez de los nuestros, indique lo que indique la clasificación. Y las cosas no podrían comenzar de peor manera, pues no se había cumplido ni el primer minuto de juego cuando en un lejano saque de banda, una suerte muy trabajada por los locales dada la estrechez del terreno de juego, sorprendía a los visitantes alcanzando un rematador libre de marca en zona de segundo palo. Quizá no haber entrado con la tensión necesaria al partido, quizá sorprendidos por el inesperado alcance del saque de banda, el asunto es que sin tiempo a saber cómo planteaba cada equipo el choque los nuestros ya se veían por debajo.
A partir de entonces el Grujoan desplegó en el terreno de juego las señas de identidad que le hacen estar, y no por casualidad, en la parte alta de la tabla. Este equipo compite bien en cualquier circunstancia e incomoda a todo rival que se le ponga por delante, logrando que jugadores de alto nivel no tengan su mejor actuación ese día. La realidad es que, pese a la especial idiosincrasia del municipal de Santa Eulalia, no parecía que los nuestros se vieran superados, sino que se adaptarían bien a lo que el encuentro requería, y con un juego directo y sin estridencias tendrían varias llegadas al área local y algunas acciones a balón parado, siendo la más destacada un espectacular remate de un activo Ojeda al larguero tras un saque de esquina ejecutado por el concentrado Mayo. No obstante, serían los locales los que se anotaran otro gol a su cuenta, de nuevo en un saque de esquina, cuya trayectoria, muy cerrada, terminaría con un autogol que ponía las cosas muy cuesta arriba para los ovetenses. Era un resultado extraño, no se puede decir que los verdiblancos se mostrasen inferiores a su rival, pero la realidad es que se veían con dos tantos de desventaja en una película que sí, que teníamos la sensación de ya haber visto antes.
Pero los años tampoco pasan en balde, y el Guru, lejos de bajar los brazos, dio una lección de resiliencia, esa palabra que tanto se usa hoy en día a la ligera, y continuó con su plan de partido, convencido de que terminaría por dar sus frutos. Si hay algo que tiene este campo es que en cuestión de minutos se puede voltear completamente un resultado, y así ocurriría en esta ocasión. No restaba mucho para el intermedio cuando el arte de Mayo desde el balón parado provocaría que el portero rival rechazase a un lado, donde correría al espacio el hijo del metal, el incansable Carba, para poner de nuevo el balón al corazón del área pequeña, lugar donde el gran capitán Domin impondría su ley para cabecear a la red. Sin tiempo para que los locales se rearmaran apurando el tiempo y llegar con ventaja al descanso, de nuevo la zurda del francotirador Mayo pondría un caramelo para que los muelles del mediático Ojeda le elevasen a los cielos y remachase el regalo en un remate poco ortodoxo, pero efectivo, que pondría en un abrir y cerrar de ojos el empate en el luminoso.
Se llegaría al intermedio con el momentáneo empate a dos goles que dejaba todo por decidir, pero con un Grujoan crecido anímicamente y que mostraba mejores sensaciones sobre el terreno de juego. La segunda mitad continuó con parecidos derroteros, pero con la incertidumbre de que cualquier detalle podría decantar la balanza. El Madalena de Morcín dispone de recursos ofensivos importantes, y la realidad es que ambos conjuntos habían mostrado superioridad en las acciones ofensivas a balón parado y algo de dudas en las defensivas, con lo que cualquier cosa podía pasar. El mariscal Burés seguía liderando la zaga ovetense como lleva acostumbrándonos durante toda la temporada, acompañado singularmente por el contundente Domin, mientras que en los flancos la seriedad de Mikel y la exuberancia de Diego mantendrían a raya a sus pares, y si se formaba algún escape de agua siempre está el sobrio Morán, ese chico para todo y que todo lo hace bien, para solucionarlo.
No obstante, cuando el partido parecía estar bajo control para los verdiblancos, si es que tal cosa puede decirse en Santa Eulalia, el trencilla cobró penalti en un balón en disputa dentro del área visitante que mereció algunas protestas que no dieron ningún fruto. El imponente Carlos adivinó bien el lanzamiento, pero no pudo rechazar la implacable ejecución de la pena máxima, resuelta como mandan los cánones, seco y duro a la cepa del poste. Un jarro de agua fría que no parecía ajustarse a los méritos de uno y otro equipo, pero del que el Guru, una vez más, supo levantarse con brío.
En la sala de máquinas la elegancia de Josín, capaz de dejar destellos de clase en un campo de minas, y el infatigable despliegue del hijo del metal, cuyo cuentakilómetros nunca parece tener límite, trataban de surtir de balones para que el incisivo Germán y el fajador Ojeda tuvieran sus oportunidades. No resultaba fácil encontrar los espacios ante el entramado defensivo de los locales, pero la constante percusión producía una situación tras otra de acciones a balón parado en las cuales los ovetenses sabían que llegaría su momento.
Y así sería de nuevo pocos minutos después, cuando una vez más el enchufado Mayo encontraría a su socio favorito en el corazón del área, donde un hercúleo Domin saltaría como un ciclón, llevándose por delante a todo el que osó interponerse en su camino, ejecutando otro imponente remate que se colaría sin remisión en el arco local, estableciendo un merecido empate a 3 goles.
Las sustituciones por parte del cuadro ovetense insuflarían nuevas energías al Grujoan, que parecía tener un punto más que su rival, pese a que el partido entraría en esa fase en la que cualquier mínimo detalle decantaría el resultado del mismo. El talentoso Ulises trataría de crear alguna de sus jugadas entre líneas que desnivelara la contienda, mientras que el belicoso Moha entraría con un exceso de ímpetu que si bien siempre es una molestia para los defensores rivales, en ocasiones les da aire en forma de faltas que les permitirían colgar balones al área del Guru sin oposición. No obstante el experimentado Carlos atajaría con aplomo todo peligro de su área, con esa seguridad que transmite a sus compañeros y esa sensación de tener todo bajo control que tan importante resulta en momentos como este.
Aún faltaría lo mejor por llegar, pues en otro saque de esquina, de nuevo magistralmente ejecutado por el inspirado Mayo encontraría de nuevo a su socio Domin, que una vez más puso su enorme corazón en su testa para rematar inapelable, enormérrimo, titánico, ante una zaga local que ya no sabía qué hacer para pararle, y que en esa mañana de domingo fue superada sin paliativos por nuestro gran capitán, que festejó con rabia en la esquina donde se colocaba el grueso de la hinchada visitante. 3-4, resultado de videojuego con remontada al cuadrado incluida, pero al que aún restaban varios minutos de esfuerzo para defender hasta el pitido final.
No sufrió en demasía el Guru, a pesar de los intentos locales por cercar el área de un crecido Carlos, pero sí que gozaron de algunas acciones a balón parado y golpeos frontales que requieren el máximo de concentración para ser contrarrestados. Sería fundamental en la defensa de lo conseguido el concurso del disciplinado Santos y del reaparecido Toni, que con su oficio contribuyeron a despejar todo peligro que se acercase por la portería visitante.
Se llegaría así al final del encuentro, con una victoria importantísima para las aspiraciones del Grujoan, que entierra de un plumazo unos cuantos fantasmas del pasado y que termina la primera vuelta en la zona alta y con todo a su alcance. El próximo domingo recibirá al líder en el templo del fútbol ovetense, en una tarde de fútbol donde los nuestros competirán al máximo una vez más y donde está garantizado que el rival que quiera sacar algo va a tener que sudar muchísimo. Seguro que la afición también estará a la altura.
¡Mucho Guru!