San Juan La Carisa 1 – Regional 3
Partido gris disputado en el Manuel Díaz Vega, en el que el Grujoan consigue los tres puntos que le permiten continuar con su escalada exhibiendo pegada en la segunda mitad.
Encuentro discreto cuajado por el Regional en un escenario del que ya es sabido por todos que no reúne las mínimas condiciones exigibles para jugar al fútbol, pero que tampoco debe servir de excusa para el mediocre juego desplegado, y donde la mejor noticia fue que los verdiblancos se llevaron los tres puntos y continúan con su buena racha. En un terreno de juego deplorable, donde es imposible jugar al toque ya que el balón no rueda apenas nada en un firme ya formado casi única y exclusivamente por caucho quemado, la mejor noticia de la tarde fue que el objetivo se cumplió y ya se puede pensar en el siguiente choque, y la mala es que aún hay que volver en una ocasión más a ese lamentable campo antes de que termine la temporada.
Comenzó el conjunto visitante queriendo mandar en el juego, tratando de adelantarse en el marcador por la vía rápida y marcar las pautas desde el inicio. No obstante, el Guru se mostraba espeso en esta jornada dominical, y poco a poco el ritmo fue decayendo, volviéndose incluso plomizo, mientras el San Juan se iba encontrando cada vez más a gusto, bien atrincherado atrás con su línea de cinco y tratando de contraatacar con peligro. Aprovechando las dificultades del Guru en la circulación del balón y que el campo tiene unas dimensiones bastante amplias, el equipo local trataba en sucesivas ocasiones de jugar en largo buscando la espalda de los centrales visitantes, ya que el balón se quedaba muerto tras el bote, generando algunas oportunidades de anotar que pusieron un nudo en la garganta en los aficionados del Grujoan. Afortunadamente, entre el providencial Robledo, siempre atento y listo para aportar, y el larguero en otra ocasión, el Grujoan pudo mantener su portería a cero durante esos minutos de desconcierto, realizando algunos ajustes para controlar la situación y ganar solidez defensiva, mientras esperaba que la calidad de sus hombres de arriba generara alguna oportunidad que pudiese desnivelar el marcador. El trabajo del astuto y avezado Miguel F.R., tirando de galones y veteranía, junto con el del infalible Manu, apoyándose en la disciplina del pletórico Sergio y del trabajador Luis, consiguió detener la hemorragia y el Grujoan pudo controlar la situación de una manera más cómoda, aunque sin mordiente en ataque. Los violinistas Ángel y Romario trataban de aparecer entre líneas sin descanso, pero les costaba desplegar sus virtudes ante el estado del terreno de juego y la disposición defensiva de los locales, mientras que el ancla Gómez barría en el medio campo sin perder la calma y ser amonestado por ello, estando a su vez el joven Christopher muy solo y marcado, y en ocasiones fuera de sitio, sin posibilidad de aprovechar su talento. Sería en una jugada aislada donde, poco antes del descanso, aparecería la clave Mayo, hasta entonces muy gris en el partido, tirando una diagonal desde banda derecha hasta pisar área, driblando a varios rivales, y cuando se disponía a ensayar su disparo desde una posición peligrosa aunque algo forzada, fue frenado con un penalty quizá innecesario pero que pareció claro y donde el golpe fue incluso bastante sonoro. El mismo Mayo se encargaría de materializar la pena máxima lanzando por el centro de la portería ante el prematuro movimiento del cancerbero local, subiendo el 0-1 al luminoso con el que se llegaría al intermedio.
En el segundo acto no cambiaría demasiado la decoración, no desplegando ninguno de los dos equipos un gran fútbol, aunque parecía que el Grujoan se había amoldado a las condiciones del partido y controlaba la situación sin conceder llegadas claras al rival. No obstante, en un rápido contragolpe, uno de los hombres ofensivos de los locales consiguió recibir a la espalda de la zaga visitante en una posición que el asistente consideró legal, se plantó solo delante de Robledo con tiempo para pensar, y definió con tranquilidad haciendo inútil la salida del mismo. Subiría por lo tanto el empate al marcador, y dadas las sensaciones de estar ante uno de esos partidos tontos que siempre hay a lo largo de una temporada y que son los que hay que sacar adelante, la intranquilidad parecía adueñarse de los visitantes. No obstante, no sería el día en el que el Guru viera frenada su racha, y entre los recién incorporados, el mosquito Miguelín, siempre con su dribling imparable, y sobre todo, el potente A. Ruiz, lograría el objetivo de perforar la meta contraria. El segundo de los locales llegaría en un gran pase del clarividente Mayo, que dejó a A. Ruiz en una posición favorable donde hizo gala de su potencia anticipándose al guardameta local, superándolo, y anotando a puerta vacía. Unos minutos después el propio A. Ruiz pondría la tranquilidad en el marcador al aprovechar de nuevo un envío entre líneas del joven Christopher que la defensa no pudo rechazar, definiendo con seguridad por el palo corto, logrando un doblete que debe dotarle de moral para los duelos que restan. Aún tendría tiempo de marcar un tercer gol después de un slalom imparable de Miguelín, pero fue anulado por un supuesto fuera de juego que pareció muy justo. No obstante, así terminaría el encuentro, y con la entrada del fino Dani Serrano el Guru mantendría el resultado hasta el final, no sin recibir un disparo al larguero en un tiro lejano que quizás podría haber puesto algo de pimienta al descuento.
Victoria importante del Guru en un campo siempre complicado, en un partido gris y espeso que se consiguió sacar adelante, lo cual también es síntoma de que el equipo va creciendo y es capaz de sacar los resultados pese a que el viento no sople a favor. No obstante, el susto debe servir de toque de atención, especialmente ante el encuentro de la próxima jornada frente al Stiaua, no olvidando nunca que si este equipo no está a tope cualquiera puede complicarle la vida. El Stiaua de momento no está haciendo mala campaña y está sacando buenos puntos, de modo que habrá que estar centrados y no subestimar al rival para poder seguir escalando posiciones y acercándose al objetivo.