Langreo Eulalia 0 – Juvenil «A» 1
Victoria de enorme prestigio para nuestro juvenil, que lanza un serio aviso a navegantes asaltando el Nuevo Ganzábal en un encuentro plagado de alternativas que le catapulta a las zonas de privilegio de la tabla clasificatoria.
Tarde invernal de fútbol en la Cuenca del Nalón, donde la lluvia y el frío dotaron de mayor épica a un encuentro de altos vuelos entre el Langreo Eulalia, un firme candidato al ascenso, y el Grujoan, que buscaba dar ese puñetazo sobre la mesa que reafirmara sus aspiraciones a los más altos objetivos. Y vaya si lo dieron los nuestros, que a base de fútbol, espíritu y una determinación inquebrantable, lograron llevarse los tres puntos tomando uno de los bastiones más complicados de la categoría.
Durante los primeros compases ambos conjuntos trataban de contemporizar, en una especie de tanteo que denotaba el respeto que ambos se profesaban, donde cada uno trataba de sopesar las fortalezas y debilidades propias y de su rival intentando llevar el control del tempo del encuentro, cosa harto difícil en un campo con unas dimensiones tan grandes y donde ambos contaban con jugadores de mucha calidad capaces de aprovechar cualquier espacio. Serían los visitantes los que dispondrían de la primera ocasión del partido, en una acción defensiva en la que el aguerrido Nelson ganó una disputa área, a continuación J. Palicio prolongaría con su testa, siempre atento y consciente de todo su entorno, para que la visión de juego del diferencial Isaías abriese a banda izquierda aprovechando la desorganización defensiva local, encontrando al capitán Carbajo con espacios para encarar el arco rival en una posición prometedora; el control no sería del todo bueno y fue rápidamente encimado por dos contrarios que lograron abortar la ocasión, pero significaría una muestra de lo que estaba por venir y de lo enchufados que habían salido los ovetenses.
Durante los siguientes minutos el Langreo Eulalia trataría de hacerse con el control del encuentro, volcando en su mayor parte sus ataques por el costado izquierdo, consiguiendo algunos acercamientos al área del Grujoan que no pasarían a mayores, en gran parte por el buen hacer defensivo de todos los componentes del conjunto verdiblanco. Fundamental en estas labores sería la aportación del gladiador Nelson, que demostraba con creces estar a la altura del desafío y que durante todo el partido ofreció un enorme despliegue físico, alternando su sacrificio en defensa, donde le tocó lidiar con el hombre más incisivo de los locales, con incorporaciones en ataque no exentas de calidad y repletas de peligro. En una de ellas se produciría la ocasión de gol más clara de la primera mitad, donde un sobrado Diego mostró en unos segundos un extracto de su incontestable talento, primero robando un balón con su habilidad para la anticipación, y posteriormente avanzando en precisa conducción, para levantar la cabeza y filtrar un pase con el exterior de su diestra que superó la zaga rival dejando a Nelson en franca ventaja por banda derecha, el cual levantó la cabeza con tranquilidad y centró por abajo con sutileza, dejando al de siempre, al goleador J. Palicio, en clara posición de mano a mano con el arquero rival, pero que, cosa rara en él, controlaría con algo de imprecisión para disparar con el exterior de una manera un tanto forzada, por lo que el empapado esférico se perdería a poca distancia de la cepa del poste izquierdo de la portería local, en una jugada relámpago y de bella factura que merecía mucho más.
No desfallecerían los visitantes, que cada vez dominaban con mayor claridad la zona ancha de las inmensas instalaciones del Nuevo Ganzábal. El infalible Abel y el coloso Maxi ofrecían un clinic de lo que un mediocentro debe hacer, echándose el equipo literalmente a las espaldas con su equilibrio táctico y su distribución del esférico. No pasaría mucho tiempo antes de que el Grujoan dispusiese de una nueva ocasión en una portentosa internada del polifacético Rubén, que ganaría la línea de fondo y centraría raso encontrando al incordiante J. Palicio, que tocaría de primeras con gran inteligencia atrás, donde aparecería desde segunda línea el estilista Isaías, que cruzaría con astucia obligando al cancerbero rival a mostrar todos sus recursos en un despeje abajo con su pierna en una parada de balonmano.
A pesar de la poca fortuna de cara a gol que padecían los verdiblancos, el guión establecido no variaba, y los intentos de sacudirse la presión por parte de los langreanos eran siempre abortados por un inmenso Diego y el potente Alex, siempre achicando agua al cruce. El joven Didi, cada vez más suelto y asentado en la categoría, dio nuevamente muestras de su progresión, no solo inconmensurable en labores defensivas, sino también atreviéndose en la salida del balón con buenas incorporaciones por banda izquierda cuyos centros estuvieron cerca de encontrar rematador. Dispondría en el primer acto de otra buena ocasión el cuadro verdiblanco, en una jugada sacada de la chistera del indefendible J. Palicio, que una vez más se zafaría de su par finalizando con un pase de la muerte en semifallo que a punto estaría de sorprender al arquero local.
Finalizaría el primer tiempo con quizá el único lunar en la concentración del Grujoan, ya que en un saque de banda aparentemente inocuo por parte del rival se sucederían una serie de despropósitos que terminarían con un balón franco en la frontal del área pequeña del conjunto visitante, que tras golpear en ambos postes sería blocado milagrosamente por un atento David, en una acción evitable que pudo haber variado el rumbo del encuentro, quizás de manera injusta, pero que en esta categoría puede suponer echar por tierra todo el buen trabajo realizado durante muchos minutos.
Tras el intermedio el encuentro se tornaría más impredecible y más igualado, y parecía que la moneda podía caer a favor de cualquiera de los dos dignos contendientes. El cansancio comenzaba a hacer mella en ambos equipos, y algunas imprecisiones y descuidos en las marcas parecían indicar que el que consiguiera adelantarse en el electrónico se llevaría finalmente el gato al agua, y no era poca el agua que había vertido ya el plomizo cielo asturiano y la que restaba por caer. En estas condiciones cada vez más épicas y más propias de una batalla por desgaste que de un partido de fútbol de categoría juvenil, surgiría como viene siendo habitual el despliegue y el recorrido del musculoso y férreo Carbajo, que haciendo gala de su excepcional forma física no exenta de calidad, se multiplicaría en las ayudas defensivas y en las transiciones en ataque.
Dispondría el conjunto langreano de una clara ocasión por parte de su cada vez más activo delantero, en una jugada en la que se rompieron las líneas defensivas del Grujoan en medio de una poderosa conducción rival, y en la que afortunadamente la muralla David se hizo muy grande tapando todos los huecos de su portería y logrando despejar en un mano a mano que puso el corazón en un puño a la hinchada visitante. Tras algunos acercamientos por parte de los verdiblancos en transiciones con mucho peligro y en las que siempre faltaba un centímetro para precisar el último pase o ajustar el disparo final, los locales dispondrían de otra ocasión en la que de nuevo un gigantesco David mostraría sus credenciales sacando el balón abajo con su pierna derecha sin vencerse en su salida.
Se hacía necesaria la entrada de algún hombre de refresco en el cuadro visitante, por lo que tras un inmenso trabajo el pletórico Nelson y el talentoso Isaías dejarían su sitio al corajudo Gabry y al elegante Josín, que con sus bríos contribuyeron decisivamente en insuflar nuevas energías al equipo ovetense.
Cuando más parecía el encuentro que se iría al final con empate sin goles, y no precisamente por falta de merecimientos por parte de ambos equipos, una genialidad por parte del exultante Diego cambiaría inesperadamente el desenlace del choque. Saliendo de la cueva en una de sus características anticipaciones, tiró una pared que fue devuelta por un avispado Carbajo, avanzó con su imponente zancada y finalizó con un disparo en el que puso toda la inmensidad de su corazón desde varios metros por detrás de la frontal del área langreana, que se colaría irremisible, inapelable, donde más duele, botando justo antes de colarse pegado a la cepa del poste izquierdo del arco local. Grandísimo tanto el suyo, que significaría el broche de oro a una meritoria actuación en la que mostró su mejor versión de la temporada.
Con poco más de 10 minutos por disputar, el Grujoan apretó los dientes ante la desesperada avalancha ofensiva de los locales, no permitiendo un desarrollo cómodo del juego en las acometidas del rival. El batallador Sergio ofrecería su desinteresado esfuerzo, fundamental para amarrar el resultado, en sustitución de un fundido J. Palicio, que en esta ocasión no se anotaría su gol de todos los días, pero que quemó toda su gasolina en un encuentro más que notable. El crecido Diego se haría más grande que nunca en el juego aéreo, secundado por un mermado Alex, que hasta el final aguantaría en pie sin retirarse de la batalla, mientras el eficaz Rubén y el seguro Didi no permitirían desbordes por banda, a la par que el titánico Maxi y el termómetro del Grujoan, Abel, sumarían su equilibrio y su oficio para dormir el encuentro y conservar la renta conseguida. El Langreo Eulalia dispondría de una última ocasión en una jugada aislada rechazada al segundo palo que terminó con un potente disparo que se estrellaría con suspense en el larguero de la meta defendida por David, finalizando así un encuentro en el que el trabajo vino acompañado de una pequeña dosis de fortuna que tantas otras veces se le había negado al bravo conjunto verdiblanco.
Victoria de gran prestigio, que deja muy buen sabor de boca a la parroquia ovetense, y que desde luego supone una gran inyección de moral que refuerza el trabajo bien hecho. Las espadas siguen en todo lo alto en esta durísima competición, en la que nadie da su brazo a torcer como se puede comprobar por los resultados del resto de equipos, pero en un momento en el que el Grujoan da un paso adelante y alcanza una posición ilusionante en la tabla clasificatoria que debe refrendarse el próximo domingo en el Luis Oliver, en un encuentro en el que los verdiblancos deben dar continuidad a la imagen ofrecida. Con el apoyo que todos esperamos de nuestra afición todo será posible. Felicitar el esfuerzo y compromiso de todos, ya que la fuerza de este grupo radica principalmente en la humildad y el esfuerzo de todo el plantel.
Mucho Guru!