Manuel Rubio «B» 0 – Juvenil «A» 2
Importantísima y trabajada victoria a domicilio de nuestros juveniles en un encuentro marcado por el fuerte viento que perjudicó notablemente el desarrollo del juego.
Tarde otoñal con fuertes rachas de viento en tierras asturianas, que dificultaba más aún la ya de por sí complicada visita del cuadro ovetense al campo de Los Pericones, unas instalaciones enclavadas en un altozano abierto, muy expuesto a las condiciones existentes. Tras la dolorosa derrota en el Luis Oliver de la última jornada, sumar los tres puntos en liza se antojaba fundamental para no perder comba con los equipos de la zona alta, pero la empresa no sería fácil ante un rival joven y motivado, el Manuel Rubio “B”, a lo que hay que añadir la no muy brillante trayectoria cosechada por los nuestros frente a los filiales en lo que llevamos de competición.
El encuentro no resultaría de gran plasticidad para el espectador, pues la deficiente iluminación y las constantes ráfagas impedirían un adecuado control del esférico, pero desde luego que resultaría muy grato de presenciar para los amantes del fútbol más añejo donde la intensidad, la concentración y la viveza tomaban mayor protagonismo. El Manuel Rubio saldría decidido a presentar sus credenciales, con un juego directo y en largo, dejando claro que las acciones a balón parado serían una de sus mejores bazas. Tras disponer de un par de saques de esquina que no encontraron rematador y un testarazo tras centro lateral en jugada que se iría por línea de fondo, los visitantes lograrían adelantarse en una jugada de estrategia botada desde muy lejos, dando una dosis de su propia medicina al cuadro gijonés; sería el francotirador Isaías el que botaría la falta con maestría, tocando el balón con calidad y sutileza, encontrando en el segundo palo al cazador J. Palicio, al que deberíamos empezar a llamar Don Jorge, que conectaría un remate cruzado con su testa imposible de despejar para el cancerbero local. Importantísimo gol para los ovetenses, que lograban de este modo lo que se antojaba más difícil en un partido de estas características, ponerse por delante en el luminoso y obligar a los locales a tomar riesgos en busca de la igualada.
El Manuel Rubio, un conjunto que se encuentra en posiciones un tanto bajas de la tabla, pero que demostró estar en condiciones de complicar las cosas a cualquiera, no se desdibujó con el gol en contra y continuó impasible con el plan establecido, gozando con su empuje de varios saques de esquina que fueron en su mayoría bien defendidos, y en otra ocasión, sería el inexpugnable Diego el que sacaría una manopla milagrosa a la escuadra cuando parecía que el balón ya se colaba. Exceptuando este tipo de acciones, el entramado defensivo del Grujoan se desenvolvió con total eficiencia, donde una vez más jóvenes canteranos ya conocidos de otras ocasiones aprovecharon con total solvencia la oportunidad. El grácil Míkel y el sólido Villar mantuvieron el tipo una vez más, mientras que por banda derecha el versátil Rubén pondría su oficio defensivo al servicio del equipo, liderados en estas labores por el mariscal Maxi, inconmensurable durante todo el partido y auténtica ancla del Grujoan, que sostuvo con sus fuertes hombros todo el peso de la responsabilidad durante todo el choque.
A los visitantes les costaba encontrar alguna contra que pudiera poner en aprietos a la zaga local, el viento no beneficiaba en absoluto el control del esférico, y el juego de toque se antojaba bastante inaccesible. Tampoco los gijoneses agobiarían en exceso el área verdiblanca, por lo que los minutos iban pasando, lo cual no perjudicaba los intereses de los nuestros. El exuberante Carbajo se multiplicaba en sus labores en la zona ancha respaldado por el metódico Abel, y sólo en alguna ocasión que lograron encontrar al clarividente Isaías, entonces podían pasar cosas interesantes; además de la asistencia del gol, nos dejó otro par de detalles de categoría, con dos de sus clásicos pases al hueco medidos con escuadra y cartabón, que bien cerca estuvieron de terminar en gol. Una última e imponente cabalgada del potente J. Palicio por el costado izquierdo cuyo pase de la muerte fue atajado por el arquero local pondría el colofón a una primera parte que se saldaba con un muy buen balance para los nuestros, pero con la sensación de que aún quedaba mucho por sufrir.
Y efectivamente no sería poco el sufrimiento que padecería el Grujoan durante la segunda mitad, pues el viento, ahora en contra, arreció más aún, por lo que a veces se hacía difícil despejar el peligro, beneficiando el juego directo por el que apostaron con mayor descaro los gijoneses. Los hombres de banda de los verdiblancos, el tumultuoso Gabry y el estiloso Josín, no tendrían muchas oportunidades de lucir sus habilidades con el juego que más les agrada, por lo que bajaron el culo de buen grado y ayudaron en labores defensivas, que era lo que requería la situación y lo que distingue a un verdadero equipo.
No es que el Manuel Rubio dominase el centro del campo ni trenzase jugadas de gran elaboración, pero apretaron sin descanso y dispondrían de una cantidad de saques de esquina y otras acciones a balón parado muy elevada, que ya simplemente por la inercia del viento que cerraba todos los envíos, se antojaban peligrosísimas. Entre el escaso acierto en el remate, el buen hacer de los nuestros en ese tipo de acciones, la sobriedad de Diego E. bajo palos, y en ocasiones la simple fortuna, el Grujoan consiguió ir saliendo bien librado de estos ataques, mientras el reloj corría con desesperante lentitud.
Resultaría una vez más de total trascendencia el concurso de los hombres que entrarían de refresco en el mantenimiento de la exigua, pero suficiente, renta conseguida hasta el momento. El enérgico y dinámico Diego saldría a poner un poco de orden en el centro del campo y en el juego aéreo, mientras que el habilidoso Mateo jugaría un papel importante en lo que restaba por venir. Pero por encima de todos hay que destacar el impacto del imperturbable Maxi, que despejó balones de todos los colores, por arriba y por abajo, salió a complicados cruces, corrigió desajustes defensivos sin descanso…sin duda un partido memorable el suyo, sobre todo la segunda mitad del mismo, que le hizo parecer a veces un coloso jugando con niños, haciendo gala en estos momentos de un estado de forma inmejorable, auténtica alma máter de este equipo.
Disputaría también unos minutos importantes el poderoso Miguel, que jugaría un papel fundamental en los momentos en los que los locales, atenazados por el cronómetro, colgarían balones con mayor insistencia, participando en varios despejes que dieron auténtico oxígeno a los ovetenses, así como el aguerrido Nelson, que aportó como siempre su compromiso y entrega intachables. Gozaría el Manuel Rubio de una clarísima ocasión que se iría al limbo, ya en la recta final del encuentro, cuando de nuevo el maestro Isaías frotaría la lámpara de las maravillas, efectuaría un cambio de juego medido a banda derecha, donde el pequeño semental Mateo controlaría perfectamente con su diestra, ganando unos decisivos metros sobre su par, y definiría con clase con su zurda por el palo largo, en un disparo al cual el portero rival no pudo sino quedarse mirando sin oposición. Enorme golazo, con inyección de moral incluida, que sentenciaría definitivamente el choque a favor de los visitantes, quizá con un castigo demasiado duro para el cuadro gijonés, pero que premiaría en cualquier caso el tremendo esfuerzo de un Grujoan que hoy más que nunca supo sufrir para llevarse el gato al agua.
Victoria por lo tanto vital la conseguida este fin de semana por nuestros chicos, en un encuentro muy trabajado y en unas condiciones muy complicadas, ante un buen rival que está capacitado para dar un disgusto a cualquiera, y que adopta mayor valor si cabe al observar los resultados que se producen jornada a jornada en la categoría que hacen que la clasificación esté en un auténtico pañuelo, pero en la que el Grujoan ocupa una buena posición. No resta sino seguir trabajando todos juntos como hasta ahora, tomando buena nota de las cosas buenas que condujeron a este triunfo, y tratar de refrendarlo la próxima jornada en el Luis Oliver ante otro complicado rival como es el San Claudio.
Mucho Guru!