Juvenil «A» 2 – San Claudio 2
Empate en el Luis Oliver que no deja contento a ninguno de los dos contendientes en un encuentro que estuvo plagado de alternativas y que ninguno supo sentenciar.
Tarde lluviosa en el templo verdiblanco, cuyo terreno de juego aguantó con bastante dignidad los litros de agua y no impidió un correcto desarrollo del juego, algo condicionado, eso sí, por la rapidez del césped. El Guru comenzó el partido con ganas de imponer su ritmo, ofreciendo una solidez intachable en su zaga y zona ancha, y tratando de explotar sus armas en la parcela ofensiva, gozando de algunas buenas oportunidades. El francotirador Josín, pese a jugar tocado, tendría en sus botas un buen disparo desde la frontal del área que se marcharía ajustado al palo tras desviarse el esférico al rozar con un defensor, mientras que poco después sería el incombustible J. Palicio el que firmaría una de sus portentosas cabalgadas, ganando la acción a su defensor con uno de sus quiebros imprevisibles, plantándose delante del arco rival, golpeando abajo al palo largo y obligando al portero a sacar el balón con apuros en una buena estirada.
Tras los primeros minutos de dominio absoluto por parte local, llegaría una jugada repleta de imprecisiones que costaría muy cara al conjunto verdiblanco. Una pérdida de balón en zona de tres cuartos propició una rápida transición de los visitantes que desembocaría en una entrada por banda donde el extremo amarillo desbordaría por línea de fondo y definiría por el palo corto en una acción de mucho mérito, adelantando al San Claudio en un encuentro que hasta el momento había tenido un claro color verde, pero donde una vez más el Grujoan pagaría un alto peaje por sus errores.
A pesar del jarro de agua fría la reacción de los del Luis Oliver no pudo ser más fulgurante, y como no podía ser de otra manera, una vez más salió a relucir el efecto Palicio, y ya perdimos la cuenta de las veces que esto ha tenido lugar en lo que llevamos de temporada. En dos chispazos este chico cambió el signo del encuentro, primero cazando un balón perdido en la frontal que no parecía tener ningún futuro, encañonando con toda la fuerza y la fe de su inmensa calidad, logrando un disparo inverosímil que se colaría irremisible quitando las telarañas de la escuadra izquierda de la portería visitante ante la estupefacción del respetable, y poco después persiguiendo con valentía un envío en semifallo del atento Abel, conectando un testarazo de espaldas en una acción en la que se jugó literalmente el tipo ante la salida desesperada del cancerbero, logrando un segundo tanto que entraría con suavidad y sutileza, pero inapelable, cambiando totalmente la decoración del encuentro.
Dos latigazos del astro verdiblanco habían logrado dar la vuelta al marcador, y el Grujoan trató entonces de retomar todas aquellas buenas cosas que le habían hecho hacerse acreedor del dominio del choque. El omnipresente Maxi se hizo con el control del centro del campo de nuevo, tratando de encontrar al todoterreno Carbajo entre líneas, mientras el corajudo Josín dispondría de alguno de sus clásicos disparos con su diestra que a punto estarían de propiciar un tercer gol, con un activo J. Palicio siempre atento a cualquier rechace, siendo un incordio incontestable para la zaga visitante. También el San Claudio tendría alguna ocasión en alguna jugada aislada, especialmente en un embrollo en área local en el que el felino David tuvo que utilizar todo su repertorio para protagonizar un vuelo sin motor que salvaría el empate. No se producirían cambios en el luminoso, no obstante, durante el resto del primer acto, y los dos conjuntos se dirigieron al túnel de vestuarios con ventaja momentánea para los locales.
Durante el segundo acto el Guru trató de mantener la renta cosechada con tanto esfuerzo sin renunciar a sentenciar definitivamente el choque. El mermado Josín se vio obligado a su sustitución cuando su físico dijo basta, y la entrada en su lugar del preclaro Isaías dotó de una mayor limpieza en la salida del balón por parte local. El eléctrico Gabry intentaría desequilibrar el encuentro y aprovechar los espacios generados por el San Claudio, pero no sería su día en esas lides, perjudicado por el agua existente en el terreno de juego. Se imponía, por lo tanto, defender la renta conseguida y aguantar las acometidas del San Claudio, ya que el encuentro no estaba para muchas alegrías y se antojaba necesario sacar la victoria como fuera preciso. Como viene siendo habitual, los jóvenes jugadores procedentes del filial estarían a la altura de las circunstancias, demostrando una vez más que se puede confiar plenamente en ellos, con un inteligente Villar en el centro de la zaga y un exquisito Míkel en el lateral izquierdo, apoyados por un trabajador Rubén en el lateral derecho y con el liderazgo del poderoso y cada vez más en forma Diego, excelente en el cruce y juego aéreo y aseado en la salida del balón.
A pesar del aparente control del partido por parte local, defendiendo la ofensiva del cuadro amarillo, en una jugada que pudo ser mejor defendida llegaría finalmente el tanto del empate visitante, aunque también hay que reconocer el mérito del jugador del San Claudio que se sacó un disparo inesperado en posición escorada que se colaría con potencia golpeando el poste izquierdo de la portería de un impotente David, que nada pudo hacer en esta ocasión.
Con el empate el encuentro entró en una fase en la que ninguno de los dos contendientes quiso asumir demasiados riesgos, buscando la victoria pero sin exponerse demasiado atrás, por lo que el ritmo del juego decayó en gran medida, máxime teniendo en cuenta la acumulación del cansancio tras la larga batalla. El habilidoso Mateo y el aguerrido Nelson tendrían la oportunidad de cambiar el signo del encuentro, pero no lograrían desequilibrar la balanza, siendo el imponente Diego, en la salida de un córner, el que con un poderoso salto, casi flotando en el aire y desafiando las leyes de la física, conectaría un peligroso cabezazo que se estrellaría con suspense en el larguero de la potería visitante, ante la mirada de alivio de los jugadores amarillos.
No habría tiempo para más y el encuentro finalizaría con un empate a dos goles que dejaría sensaciones encontradas, probablemente en ambos conjuntos, ya que a ninguno de los dos le sirve para dar un salto en la clasificación. El Grujoan debe aprender a atar el resultado en este tipo de partidos, que son los que al final otorgan los ascensos, cuando el juego no resulta muy fluido pero se logra una posición ventajosa en el marcador, para lo cual se hace necesaria la concentración y esfuerzo de todos durante los 90 minutos, pues en esta categoría se demuestra una vez más que los errores se cobran un alto precio. No resta sino dar por bueno el punto cosechado, ya que ante la igualdad imperante todo punto logrado es positivo, y preparar con ilusión el siguiente encuentro en uno de los campos más duros de la temporada, el Pepe Quimarán, ante un rival de la zona alta y que viene con buena racha.
Mucho Guru!