Llanera 5 – Juvenil «A» 3
Dolorosa derrota del conjunto verdiblanco en el Pepe Quimarán, que da alas a los locales y deja a los visitantes con un regusto amargo tras perder con contundencia ante un rival directo.
Fin de semana frío y lluvioso en el Principado de Asturias, que no obstante ofreció una pausa apara disputar este encuentro con relativo buen tiempo y sin que las condiciones meteorológicas influyesen lo más mínimo en la disputa del mismo, ante el buen estado del césped artificial del campo. No obstante, las características de las instalaciones del Pepe Quimarán, conocidas por todos, sus reducidísimas dimensiones y su casi ridícula anchura, condicionan enormemente cada partido que se disputa en ellas, haciendo que cada córner o incluso cada saque de banda supongan una clara ocasión de peligro, como así ocurriría por ambas partes.
Comenzaría el encuentro de un modo inmejorable para los ovetenses, que se adelantarían en el marcador sin que hubiese transcurrido siquiera un minuto de juego, en una entrada por banda derecha seguida de un barullo en área local, donde el trascendente J. Palicio cedería con calma a la frontal del área para que el colosal Maxi conectara un disparo potente y colocado que dobló literalmente las manos del portero rival, traspasando con suspense el esférico la línea de gol. Tras la inyección de moral que supondría el primer tanto, el Guru pudo poner tierra de por medio en el luminoso poco después, tras disponer el talentoso Isaías de un franco mano a mano que extrañamente no supo resolver con la eficacia que le caracteriza, en un ataque relámpago generado tras una peinada del combatiente Carbajo y asistencia sutil y milimétrica del siempre productivo J. Palicio.
No obstante, tras disponer los verdiblancos del 0-2, teniendo el partido relativamente controlado, encajarían el empate en una de las suertes que en este campo más saben explotar los locales, que no es otra que el saque de banda. En uno de ellos el esférico alcanzaría el segundo palo, donde sería rematado a placer tras un desbarajuste que incluye el error en la medición de la jugada por parte de un superado David y de la marca por parte del hombre encargado de cubrir al máximo goleador de los locales y de la competición, que supondría un auténtico quebradero de cabeza durante todo el partido.
No se amilanarían los visitantes, los cuales darían una ración de su propia medicina al Llanera, y conseguirían volver a adelantarse poco después, tras un saque de esquina donde el imperial Maxi se impondría a todos en el segundo palo, cabeceando de forma imponente y superando a defensores y portero rivales, que sería remachado definitivamente por si las moscas por un corajudo y debutante Jito cuando el balón ya se colaba.
Tras la meritoria reacción de los visitantes, que habían conseguido lo más difícil, ponerse por delante en dos ocasiones frente a un Llanera que se conoce los trucos de su terreno de juego a la perfección, el Guru no conseguiría mantener su renta por mucho tiempo. En esta ocasión se produciría el tanto del empate en un penalti cometido tras un garrafal fallo en la salida del balón, con un indolente taconazo dentro del área, echando por tierra todo el buen trabajo realizado hasta el momento. Y ya al filo del descanso, tras otro saque de banda en el que existe una clara falta en forma de desplazamiento del rival con los brazos al concentrado Diego en pleno salto, no señalada por el colegiado, llegaría el tercer tanto de los locales con un disparo desde fuera del área que se desviaría al tocar en un defensor, colándose de forma irremisible en la portería visitante, esta vez con bastante fortuna.
Se llegaría con el resultado de 3-2 en el marcador, tras el duro golpe para los ovetenses de haberse visto por delante en el marcador y de no haber sido inferiores, pero de verse por debajo con la sensación de pagar un precio excesivamente elevado por cada error cometido, una tónica que se viene repitiendo durante toda la temporada, pero de lo cual también debe tomarse buena nota, ya que las casualidades en el fútbol raramente existen.
En la segunda mitad el Grujoan volvió a salir con energía, con ganas de revertir rápidamente la situación, y gozaría de una buena ocasión tras un robo del mariscal Maxi en zona de tres cuartos rival que caería en los pies del incisivo J. Palicio, que no lograría definir el mano a mano, siendo rechazado el cuero por el guardameta local con su pie izquierdo. Tras la ocasión errada, y con el Grujoan apretando al rival con serias opciones de voltear la situación, llegaría el cuarto gol de los locales, en una contra que pudo ser defendida con mayor contundencia, y que supuso un mazazo enorme que noquearía seriamente los ánimos de los ovetenses, ya que se sucederían a continuación algunas ocasiones más para los rojiblancos, llegando en una de ellas el quinto tanto que parecía apuntillar definitivamente el encuentro.
Si bien es cierto que el Grujoan perdió los papeles tras el cuarto gol, también es de recibo reconocer que una vez con todo perdido supieron tirar de orgullo y recobrar el control de la situación. A raíz de ello dispondrían de algunas ocasiones, logrando finalmente acortar distancias con la caña del cazagoles Denílson, que puso el 5-3 con aún minutos por delante suficientes para poner en aprietos a los locales, sobre todo dadas la enorme cantidad de alternativas que se habían dado durante todo el choque.
No conseguirían finalmente los visitantes anotar ningún gol más, no era el día para ello, y el encuentro finalizaría con el resultado mencionado, un resultado duro, pero que quizá no refleja con justicia el verdadero potencial de ambos conjuntos. La derrota constituye un serio contratiempo ante un rival directo, pero hay que tener en cuenta que las dimensiones del terreno de juego hacen que los partidos en este campo formen casi parte de otro deporte en el que priman otras armas diferentes a las habituales, y que además, fue un día en el que casi todo lo que podía salir mal, salió mal, ya sea en la contundencia defensiva o en el acierto de cara al marco rival. No queda sino levantarse con más ganas, tomando nota de los errores cometidos, especialmente en lo que a rigor defensivo y a contundencia se refiere, valorando positivamente en cambio el orgullo intachable demostrado en los últimos compases, para afrontar con ilusión y entereza el próximo choque, pues en esta categoría todo está muy parejo y nada esta escrito aún ante la tremenda igualdad existente.
Mucho Guru!